miércoles, 5 de noviembre de 2008

Emiliano y yo

- ¿Emiliano, me pasas la grapadora, por favor?- mi compañero estaba utilizando mi grapadora y yo la necesitaba en ese momento porque una abogada me llamaba con urgencia.
- Gracias, Guiomar – dijo él.
- ¿Qué vas a hacer este fín de semana? – me preguntó mi guapo compañero.
- No sé si iré a Segovia- le respondí.
- A lo mejor nos vemos el domingo en la estación de autobuses- sugirió con una sonrisa.
En ese momento se me iluminó la cara, no sabía qué decir en aquella situación………….
- ¡Puede que sí!, en caso de que fuera, claro.
- ¿Cómo me dijiste que se llamaba tu pueblo, Guiomar?- me preguntó de repente Emiliano.
- Navalilla- le respondí.
- Me suena de algo- Emiliano se quedó algo pensativo.
- ¡¡No me jorobes!!- me sorprendí.
- Así es- efectuó el joven.
- Si conoces Cantalejo conocerás mi pueblo- objeté.
- Conozco Cuéllar, La Granja, Sepúlveda…- añadió.
- ¿Entonces, el mío no?- insistí.
- No.- dijo tajantemente.
- Podríamos ir un día.- bromeé.
- Vente a Segovia tú mejor- él seguía con la broma.
En aquel momento un compañero llamó a Emiliano porque había recibido una llamada urgente y Emiliano se despidió de mí. Yo me fui a mi mesa super triste.

No hay comentarios: